Pasó el tiempo y dejó de sentir y por dejar de sentir, dejó de sentir hasta la tristeza. Porque la tristeza cuando es pasajera y viajera es como el otoño, bonita, te enseña rincones que jamás habías visto antes, pero cuando es perenne y fuerte solo ves el último recuerdo…

Tintes otoñales cubren estas inmensas piedras.

